diumenge, 2 de novembre del 2008

XXXII missa d'en Roger

Roger estaba apunto de empezar el sermón del domingo cuando sonaron las campanas de la Santa Catedral de Lleida

DING, DONG, DING, DONG

El cura tomó aire y empezó;

Queridos creyentes, hoy os hablaré sobre los cambios. Los cambios que a priori siempre hacen miedo y crean un cierto nerviosismo.
Sin embargo, nos lo tenemos que plantear de un modo distinto. Los cambios se hacen para cambiar a bien y para mejorar.

Nuevos cambios se avecinan, nuevos cambios están a la vuelta de la esquina, todos, para ayudar a tirar adelante nuestra Corona y hacerla más fuerte. Para crear una potencia mundial.

Debemos, pues, de colaborar con las autoridades y con aquellos que tengan buenos intereses, que quieran el bien de la corona, y no el bien mutuo, porque, queridos hijos, hay gente corrompida y malvada que intentará aprovecharse de estos cambios para obtener un beneficio propio, y nosotros, hijos míos, nosotros se lo debemos de impedir con todas nuestras fuerzas.


Y para terminar el sermón, recemos todos juntos;


"Creo en Dios, el Altísimo todopoderoso,
Creador del Cielo y de la Tierra,
de los Infiernos y del Paraíso,
Juez de nuestra alma en la hora de la muerte.

Y en Aristóteles, su profeta,
El hijo de Nicómaco y Faestis,
enviado para enseñar la sabiduría
y las leyes divinas del Universo a los hombres perdidos.

Creo también en Christos,
Nacido de María y Giosep.
Dedicó su vida para mostrarnos el camino del Paraíso.
Por ello después de haber sufrido con Pilatos,
Morir como martir para salvarnos.
Alcanzó el Sol donde lo esperaba Aristóteles a la derecha del Altísimo.

Creo en la Acción Divina;
En la Santa Iglesia Aristotélica Romana, única e Indivisible;
En la comunión de los Santos;
En el perdón de los pecados
en la Vida Eterna.
"



Amén.

Hijos, os espero el próximo domingo. Hasta el momento, que Dios Nuestro Señor os guarde de las fauces del Maligno y os guíe por el buen camino.