Roger estaba apunto de empezar el sermón del domingo cuando sonaron las campanas de la Santa Catedral de Lleida
DING, DONG, DING, DONG
El cura tomó aire y empezó;
Queridos creyentes, hoy os hablaré sobre los cambios. Los cambios que a priori siempre hacen miedo y crean un cierto nerviosismo.
Sin embargo, nos lo tenemos que plantear de un modo distinto. Los cambios se hacen para cambiar a bien y para mejorar.
Nuevos cambios se avecinan, nuevos cambios están a la vuelta de la esquina, todos, para ayudar a tirar adelante nuestra Corona y hacerla más fuerte. Para crear una potencia mundial.
Debemos, pues, de colaborar con las autoridades y con aquellos que tengan buenos intereses, que quieran el bien de la corona, y no el bien mutuo, porque, queridos hijos, hay gente corrompida y malvada que intentará aprovecharse de estos cambios para obtener un beneficio propio, y nosotros, hijos míos, nosotros se lo debemos de impedir con todas nuestras fuerzas.
Y para terminar el sermón, recemos todos juntos;
"Creo en Dios, el Altísimo todopoderoso,
Creador del Cielo y de la Tierra,
de los Infiernos y del Paraíso,
Juez de nuestra alma en la hora de la muerte.
Y en Aristóteles, su profeta,
El hijo de Nicómaco y Faestis,
enviado para enseñar la sabiduría
y las leyes divinas del Universo a los hombres perdidos.
Creo también en Christos,
Nacido de María y Giosep.
Dedicó su vida para mostrarnos el camino del Paraíso.
Por ello después de haber sufrido con Pilatos,
Morir como martir para salvarnos.
Alcanzó el Sol donde lo esperaba Aristóteles a la derecha del Altísimo.
Creo en la Acción Divina;
En la Santa Iglesia Aristotélica Romana, única e Indivisible;
En la comunión de los Santos;
En el perdón de los pecados
en la Vida Eterna."
Amén.
Hijos, os espero el próximo domingo. Hasta el momento, que Dios Nuestro Señor os guarde de las fauces del Maligno y os guíe por el buen camino.
diumenge, 2 de novembre del 2008
Subscriure's a:
Comentaris del missatge (Atom)
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada