diumenge, 18 de maig del 2008

VI Missa d'en Roger

Roger estaba nervioso, era el día de Navidad, la iglesia estaba llena, llena de gente que llenaba la iglesia de felicidad y alegría, gente que quería orar y dar las gracias al señor.
El diácono había preparado un sermón, el sermón que todos y cada uno de los fieles se merecían, la vida de Santo Nicolás.

De Gràcia, subió en el altar, pidió silencio entre la gran multitud de fieles que habían, y empezó la misa de Navidad, ;


Bienvenidos seáis en la casa de Nuestro Señor, queridos hijos.

Os voy a contar la historia, la interesante historia de una magnifica persona, una persona que sufrió mucho, y que se dio cuenta de lo que es, verdaderamente, el amor.


Roger tomó aire y prosiguió;


" La vida de Santo Nicolás

La infancia y la adolescencia

Nicolás Daroz-Damor nació en marzo del año 955 a Inchuffe, en Ardenas, diócesis de Lieja. Los Daroz-Damor eran una pequeña nobleza sin feudo. Nicolás fue criado en un buen ambiente social. Aprendió a leer y escribir. Su constitución frágil no le permitió sobresalir en los ejercicios de combate, pero impresionaba por su dominio del griego y del latín. El cura del pueblo le hizó leer los textos consagrados. Aristote y Christos fascinan el pequeño Nicolás, y previó seguir la vía de la Iglesia. Entonces integró el seminario en Lieja.

Es en esta ciudad que se encontró con Ginievra. Se volvió loco enamorado de ella y se encontró ante un dilema: su fe o su amor. Si la mística aristotélica la fascinaba siempre tanto, la rigidez de algunos profesores lo hacían dudar de la santidad de los que pretendían ser sus maestros. El anuncio de la muerte de su madre fue para él un choque terrible. Por eso Nicolás se fue del seminario antes de pronunciar sus votos para vivir con Ginievra. Permanecieron juntos en Lieja algunos meses, Nicolás trabajaba como escritor público gracias a la instrucción de los monjes. Pero se sofocaba en la gran ciudad, y las colinas ardenesas le faltaban. Decidieron reunirse con el padre de Nicolás a Inchuffe.

El sufrimiento

En camino hacia Inchuffe con su joven esposa, Nicolás se enteró de la muerte de su padre. Este nuevo golpe fue duro, pero Nicolas se salvo gracias al amor de su mujer y sobre todo gracias a la fuerza de su fe. Reanuda los comercios de su padre que incluyen numerosos bosques, cazas y una mina de pizarra. La riqueza está allí, así como la felicidad cuando Ginievra le da a dos maravillosos niños.

En septiembre de 987, Ginievra vuelve en Lieja para ver a su familia. Retenido por sus comercios, Nicolas se queda en Inchuffe . Dos semanas más tarde, se entera de que su mujer y sus dos hijos se murieron ahogada en el Mosa cuando el barco que los hacía cruzar se hundió. Es el golpe fatal. ¡Por poco Nicolás perdió la razón, pero su fe lo salvó! Estaba convencido de que su mujer y sus niños iban a sentarse a la derecha de Aristóteles. Entonces, liberado de todas contingencias terrestres, deja allí sus negocios, su riqueza y se fue. En ese momento, se perdió su rastro.

El accidente

La Leyenda de Santo- Nicolás, nos enseña que al principio del XI, Nicolás vivía como panadero en Rocafort. No tenía de mayor placer que mimar y proteger a los niños, él que no había tenido la oportunidad de ver crecer los suyos. Rápidamente, Nicolás hizo la unanimidad en torno suyo con su bondad, su amabilidad y también su erudición, su fe y su piedad. Hace muestra de generosidad dando según sus pobres medios. Pero el aristotelismo no se radicaba firmemente, en Rocafort, y Nicolás pasó para uno iluminado y un ingenuo. A él no le importaba, perdonó a los que lo menospreciaban y siguió desbordando de amabilidad y generosidad.

Un día, queriendo proteger a un niño que había robado al carnicero para alimentarse, Nicolás recibió un golpe de cuchillo. Fue transporta en su residencia, pero se quedó solo, muriéndose. El día siguiente por la mañana, un domingo a la hora de la misa, reaparece a la iglesia. Su herida esta curada, sin una sola cicatriz. Cruza la avenida, derecho hacia el altar. Se arrodilla sin prestar la menor atención al cura y se pone a orar. El silencio cae sobre la iglesia, más nadie no se atreve a mover, tanto los miembros como los labios. Y al cabo de algunos minutos, Nicolás se levantó y fue. Por segunda vez en su existencia, su Fe le indica una nueva vía que debía seguir.

El Apostolado

Durante varios meses, Nicolás se puso a recorrer la región. Numerosas leyendas describen curaciones de niños enfermos, y también de subvenciones sin medida con sus medios. Llegó un día a Durbuy, sobre los bordes del Ourthe. Reunió a los niños sin pronunciar una palabra. Abrió la pequeña bolsa que llevaba al hombro y comenzó a distribuir las galletas. La bolsa parecía bien pequeño para alimentar a tantos niños. Pero a la sorpresa general, tuvo no sólo bastantes galletas, sino que cuando volvió a salir su bolsa parecía siempre lleno.

Su camino trae a Nicolás en Lieja. Por primera vez, va sobre la tumba de su mujer y sus niños. La leyenda dice que llovía pero que Nicolás era protegido de las gotas. Volvió al seminario y acabó su formación para convertirse en cura. Fue ordenado sacerdote el 15 de abril de 1018. Entonces volvió a Rocafort para convertirse en el cura de la parroquia.

Durante tres años, Nicolás dirigió la parroquia con suavidad y firmeza. Antes, los feligreses practicaban más por tradición que por convicción. ¡Pero ante tal ejemplo de bondad, generosidad y entusiasmo, se volvieron a poner a tener la Fe! Y Nicolás suscitó numerosas vocaciones religiosas en el pueblo, y también en los alrededores.

La tradición

Nicolás falleció el 6 de diciembre de 1021. En Rocafort, la emoción fue importante. Nicolás era respectado y querido por todos. Los niños fueron tan tristes con perder a tal guía y protector que el aprendiz panadero del pueblo les ofreció galletas a la canela para intentar aliviar su pena.

Desde este día, todos los años en la misma fecha, la gente de Rocafort ofrecen pasteles a los niños. La tradición se extendió rápidamente a los pueblos alrededores y a toda la región, de Flandes a Alsacia. Se considera a San Nicolás como el protector de los niños."

Hijos, Nicolás perdió casi todo lo que amaba y quería, perdió aquello que el hubiera dado la vida por salvar, perdió a su familia.
Suerte tuvo de su firme y fuerte fe, que le salvó del abismo, que lo mantuvo sereno y con los pies en el suelo, que no lo dejo enloquecer ni hacer estupideces, de las cuales se hubiera podido arrepentir.

Nicolás, volvió a Rocafort, trabajó como panadero, y siempre, siempre ayudo a los niños, a los niños que nunca había podido ver crecer, a los niños que nunca había podido mimar, ni jugar, ni dar de comer.
Siempre se preocupaba por ellos, los ayudaba, y arriesgó la vida por uno de ellos, que ni tan siquiera era su hijo.
Nicolás murió. Sin embargo, a la mañana siguiente, apareció en la iglesia, vivo.

Y su amor hacía Dios era más granda, incalculable, y decidió hacerse cura, para guiar a los fieles, y predicar la palabra del Señor.

Pero llego un momento, que Dios Nuestro Señor, consideró que Nicolás ya había cumplido su cometido, y se lo llevo.


Roger tomó aire, y continuó;

¡Hijos! Santo Nicolás es un ejemplo a seguir, para todos y cada uno de nosotros.

Debemos ayudar a aquellos que lo necesitan, ayudar dentro de nuestras capacidades, pero ayudar.

Y sobretodo, valorar lo que uno tiene, por que uno no se da cuenta de lo que tiene, asta que lo pierde, o está apunto de perderlo.

Acabando ya la nuestro misa de Navidad, rezamos juntos;


Creo en Dios, el Altísimo todopoderoso,
Creador del Cielo y de la Tierra,
de los Infiernos y del Paraíso,
Juez de nuestra alma en la hora de la muerte.

Y en Aristóteles, su profeta,
El hijo de Nicómaco y Faestis,
enviado para enseñar la sabiduría
y las leyes divinas del Universo a los hombres perdidos.

Creo también en Christos,
Nacido de María y Giosep.
Dedicó su vida para mostrarnos el camino del Paraíso.
Por ello después de haber sufrido con Pilatos,
Morir como martir para salvarnos.
Alcanzó el Sol donde lo esperaba Aristóteles a la derecha del Altísimo.

Creo en la Acción Divina;
En la Santa Iglesia Aristotélica Romana, única e Indivisible;
En la comunión de los Santos;
En el perdón de los pecados
en la Vida Eterna.


Amén.

Queridos fieles, sed felices y disfrutad de estas fiestas, comed mucho y bebed (con moderación…Rolling Eyes) y dad unas moneditas a los pobres desafortunados que no tienen donde ir ni que comer.

Os espero en la próxima, hasta el momento, que Dios os guarde y os proteja de las fauces del maligno. Podéis iros en paz.