diumenge, 18 de maig del 2008

XVIII Missa d'en Roger

Roger estaba apunto de empezar el sermón del domingo cuando sonaron las campanas de la Santa Catedral de Lleida

DING, DONG, DING, DONG

El cura tomó aire y empezó;

Hijos mios, algunos de ustedes vinieron verme y me dijieron;

« Mi padre, hay en nuestro pueblo de las personas que no siguen la vía de la verdadera fe. Hay que perseguirlos y quemarlos. »

Les respondí entonces:

No, hijos mios. Estas personas son cegadas y se equivocan pero no podemos rechazarlos así, debemos mostrarles el camino de la virtud y de la amistad.
Recordemos nosotros que Dios no rechazó a los hombres y a las mujeres cuando éstos dudaron, les envió a un profeta.


Libro de las Virtudes, libro 1, el mito aristotélico, la prehistoria, el capítulo 8

"Pero quedaba un vacío en el corazón de los hombres y de las mujeres. Les faltaba aquel por que habían sido concebidos. Les faltaba el amor que Dios le quería darles y que El esperaba a cambio. Entonces, Dios decidió que el momento había venido para recordar a Su Creación. Encontró a un niño en la ciudad que se llamaba Stagire y le enseñó Su Palabra con el fin de que el Hombre reencuentre el camino de la virtud. Este niño se llamaba Aristoteles."

No somos una comunidad de odio sino es verdad que no podemos dejar algunos destilar veneno y dudas. Formando una comunidad unida y solidaria nosotros daremos el ejemplo y espero que los infieles abrirán los ojos.

" Libro de las Virtudes, libro 2, La vida de Christos el sabio, el capítulo XI

Los fieles de Dios, los que se enteraron de la enseñanza de Aristote y los que quieren seguir el camino que le trazo, deben formar una comunidad de vida. Esta comunidad encontrará su sentido, y permitirá a cada uno vivir en la virtud, si es unida en la amistad recíproca que cada uno de sus miembros se debe de probar hacia sus semejantes. "

Pero hijos mios.... ¡Cuidado! Nuestra benevolencia tiene límites, debemos perdonar y tolerar, pero también luchar para que se nos respete.


Y para terminar el sermón, recemos juntos hermanos;


Creo en Dios, el Altísimo todopoderoso,
Creador del Cielo y de la Tierra,
de los Infiernos y del Paraíso,
Juez de nuestra alma en la hora de la muerte.

Y en Aristóteles, su profeta,
El hijo de Nicómaco y Faestis,
enviado para enseñar la sabiduría
y las leyes divinas del Universo a los hombres perdidos.

Creo también en Christos,
Nacido de María y Giosep.
Dedicó su vida para mostrarnos el camino del Paraíso.
Por ello después de haber sufrido con Pilatos,
Morir como martir para salvarnos.
Alcanzó el Sol donde lo esperaba Aristóteles a la derecha del Altísimo.

Creo en la Acción Divina;
En la Santa Iglesia Aristotélica Romana, única e Indivisible;
En la comunión de los Santos;
En el perdón de los pecados
en la Vida Eterna.



Amén.

Hijos, os espero el próximo domingo. Hasta el momento, que Dios Nuestro Señor os guarde de las fauces del Maligno y os guíe por el buen camino.